Enorme Potencial Productivo

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Fundación Producir Conservando

9 de agosto de 2021

Adolfo Franke
Presidente de la AAPP

Historia de la producción porcina Argentina

En el pasado, la carne de cerdo tuvo que enfrentar el desafío de ser catalogada como de “mala calidad”, además de la competencia con la carne vacuna auspiciada por motivos culturales y políticos. En 2006 el consumo per cápita de carne de cerdo era de 7,4 kg/hab/año, de los cuales el 90% estaba destinado a chacinados y salazones. La carne porcina participaba marginalmente en el consumo de carne fresca, menos de 1 kg/hab/año.

El corrimiento de la frontera ganadera hacia zonas menos agrícolas motivado por el aumento de la demanda de cereales a nivel internacional hizo que productores agropecuarios de la zona núcleo incursionaran en la producción porcina.

Una vez que se entendió y eficientizó el manejo productivo y la incorporación de tecnología, los productores aumentaron su escala y se sumaron nuevos jugadores resultando en un crecimiento sostenido. Este crecimiento además se apoyó en financiamiento competitivo y acciones conjuntas entre esos productores y el Estado para promocionar el consumo de carne fresca.

Por iniciativa de la AAPP (Asociación Argentina Productores de Porcinos) en 2006 se lanzó una campaña para la promoción del consumo de carne fresca, HoyCerdo!, financiada a través de aportes voluntarios de socios, empresas proveedoras y con la adhesión del Estado. El programa estaba destinado a:

● Comunicar los atributos de la carne de cerdo a los profesionales de la salud.

● Sugerir recetas para incluirla en la nutrición de los argentinos.

● Diferenciar la forma de cocción de la carne vacuna.

● Difundir las técnicas para el desposte de la media res y el trozado de los cortes entre los carniceros de supermercados y de cada barrio.

Como resultado se modificaron los hábitos de consumo, la carne de cerdo entró en la casa de los argentinos. En 2016 se actualizó la promoción a través de la campaña COMÉ BIEN, ¡COMÉ CERDO!, con el fomento de recetas a través de redes sociales y programas de cocina.

Los productores de las distintas proteínas animales tienen características distintas. El productor de carne vacuna está muy atomizado y su cadena está poco integrada. En el otro extremo, la faena avícola muestra altos niveles de integración y concentración. La actividad porcina va por un carril intermedio donde 1.200 productores representan el 80% de la producción primaria. Unos pocos, de peso relevante están integrados con industria.

El consumo anual per cápita de proteína animal en la Argentina es uno de los más elevados a nivel mundial, y muestra un crecimiento algo errático en los últimos 15 años. Actualmente ronda los 112 kg per-cápita/año, similar al de USA y Australia, mientras que los restantes países desarrollados se encuentran en rangos de 80/90 kg per-cápita/año de estas carnes, y China con 60 kg per-cápita/año.

Como se ve en el siguiente cuadro, la carne vacuna pasó de un consumo per-cápita de 63 kg en 2006 a 50 kg en 2020, la aviar de 28 kg a 46 kg, y la porcina de 7,4 kg a 15,6 kg para el mismo periodo.

El Cuadro 2 indica con mayor detalle la evolución de la producción de carne porcina en ton equivalente res, y del consumo per cápita, para el período 2006-2020. La producción incrementó un 6,8% anual durante ese período, si consideramos los últimos 10 años el aumento anual fue del 8,9%. Mientras que el incremento anual del consumo que se dio en el período fue de 7,8%.

La situación actual

Se estima que en Argentina hay 1.210 establecimientos con 266.000 cerdas productivas, que producen 655.382 ton eq.res, con un consumo dirigido al mercado interno de 650.578 ton y exportaciones por 41,345 ton, que equivalen al 6,3%.

Estos resultados fueron logrados por un sector pujante, que supo aprovechar las excelentes condiciones productivas que dispone el país, y que adoptaron la tecnología apropiada para obtener indicadores de eficiencia comparables a los de los países con tradición en producción porcina. Estos logros se debieron también gracias al trabajo de distintos actores del sector, agrupados en la AAPP (Asociación Argentina de Productores Porcinos), que fueron creando organizaciones técnicas y comerciales, así como las cámaras provinciales, agrupadas hoy en la Federación Argentina de Productores Porcinos (FAPP) que representa a más del 55% de las cerdas productivas.

Argentina tiene todas las condiciones para que este sector tenga un crecimiento sostenido, que empezó hace 15 años con el desarrollo del mercado local y a partir del 2015 con el desarrollo del mercado de exportación. En el 2015 un grupo de 11 productores conformaron Argenpork, el Consorcio de Exportación de Carne de Cerdo de Argentina actualmente conformado por 18 socios.

El año pasado y luego de 29 años se logró tener una balanza comercial positiva internacional, tanto en divisas, como en toneladas. El mercado local, actualmente con un consumo medio per cápita de 15,6 kg/hab-año puede incrementarse significativamente, continuando con el reemplazo del consumo de la carne vacuna (en baja), lo que marca un largo espacio de crecimiento. Por otro lado, el mercado de exportación está en expansión con la ventaja de tener muy buenas condiciones para producir mayores volúmenes.

La exportación de carne porcina Argentina no tiene peso a nivel internacional, exportamos el 5% de nuestra producción y no somos relevantes como la carne vacuna, pero sin duda tenemos muchas condiciones para crecer.

El país dispone de abundancia de cereales, una baja carga de cerdos (2.2 cerdos por km2) que redunda en un muy buen status sanitario, disponibilidad de agua, un clima templado adecuado para la producción y cultura de producción de carne con disponibilidad de capital humano.

Principales factores que limitan el crecimiento.

Impuesto al Valor Agregado: La tasa de IVA Ventas del 10,5% resulta insuficiente para recuperar el IVA compras, por lo tanto, se genera un crédito fiscal no recuperable que resulta equivalente al 5% del costo.

Financiamiento: El financiamiento a tasas competitivas es escaso y no se otorga a los productores porcinos que siembren soja y/o trigo, generando no sólo discriminación hacia muchos productores, fundamentalmente los más pequeños, sino también un fuerte desincentivo al agregado de valor de la producción agrícola.

Apertura de Nuevos Mercados: Observamos que el crecimiento económico del mundo es mayor que las posibilidades de crecimiento biológico, o sea la demanda internacional está, pero es riesgoso exportar más del 60% a un único país, como nos ocurre actualmente con China. Por esto y por razones de oportunidades comerciales, es necesario abrir la mayor cantidad de mercados donde colocar nuestra carne.

Disponibilidad de carne de cerdo en carnicerías: El global consumo de carnes local no va a aumentar, estamos en 112 kg per cápita (de los valores más elevados del mundo), por lo tanto, el crecimiento del sector resultará de sustituir el consumo de carne vacuna o aviar, por carne porcina. Las condiciones económicas están, la carne de cerdo tiene un costo de producción menor, el desafío es ser competitivos en el mostrador del carnicero.

Instalación de Granjas Chinas: La instalación de las llamadas “granjas chinas” por parte de empresas o productores de aquel país, para abastecer su mercado por fuera del sistema, genera incertidumbre en el sector. Los productores nos hemos agrupado, desarrollado el mercado local y conformado el consorcio de exportación, hemos invertido, tenemos a cargo un equipo de trabajo que hemos capacitado, y creemos que el sector debe desarrollarse progresivamente como lo viene haciendo. La producción porcina no presenta grandes concentraciones ni empresarias ni de animales, participan productores de distintas escalas y tecnología, integrada mayoritariamente por productores argentinos, generando trabajo para los argentinos.

El ingreso disruptivo de granjas chinas pone en riesgo:

✔ el elevado status sanitario que tiene el sector porcino argentino,

✔ el abastecimiento equilibrado entre oferta y demanda,

✔ las potenciales exportaciones que por el momento son pequeñas pero que año a año van creciendo,

✔ posibles conflictos ambientales.

El Plan Estratégico Porcino 2020-2030

En ese marco la Federación Porcina finalizó en abril de 2021 el Plan Estratégico Porcino 2020-2030, que delinea el rumbo y las expectativas de crecimiento del sector detalladas más abajo:

    • Duplicar las cerdas productivas en los próximos 10 años, incrementando la productividad, resultando un crecimiento de la producción del 11% anual para llegar a más de 2 millones de ton en 2030.
    • Incrementar el consumo local de 15,6 kg per cápita año a 26 kg, un crecimiento del 6% anual, mientras que se proyecta incrementar fuertemente las exportaciones, a 0,7 millones de ton. Para esto ultimo es imprescindible abrir más mercados internacionales, tarea para la cual se encuentra enfocado hoy el SENASA.
    • Duplicar los puestos de trabajo de la cadena porcina, de los actuales 90.400 a más de 183.000 empleos directos e indirectos.
    • Incrementar el consumo de maíz y derivados de soja actualmente en 1,9 M de ton de maíz, y 0,9 M respectivamente a 5M de ton de maíz y 2,8 M de ton de soja para el 2030.
    • Se requieren inversiones por unos US$ 2.730 M en producción primaria y en el sector industrial para viabilizar el crecimiento proyectado.
    • El potencial del sector porcino argentino es gigante, depende de nosotros aprovecharlo.

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