Ing. Gustavo Oliverio, Asesor y Coordinador de Proyectos en FPC.
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Los nuevos precios esperables marcarían un récord de ingresos por exportaciones del complejo granario en los últimos 20 años.
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Hasta la campaña 19/20 la oferta de granos era quien daba forma final a los precios, dado que la demanda de los mismos era sostenida. Las malas condiciones climáticas en USA de dicha campaña, con caídas del orden de 30 mill de Tn, tanto en Soja como en Maíz suponíamos impactaría positivamente en los mercados, recuperando los bajos precios de los últimos años y lejos de ello ocurriera la guerra comercial de USA y China planchó la demanda de uno de los principales destinos de las exportaciones y con ello los precios se mantuvieron en los niveles de años anteriores.
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Estamos ahora en la 20/21, con Pandemia de Covid 19 vigente aún, con USA y China que avanzaron en sus disputas comerciales, aparecieron problemas sanitarios en la producción de carne de cerdo en China que reactivó muy fuerte el mercado de proteínas de origen animal, se reactivó aunque aún en forma parcial la demanda global de alimentos y con una menor oferta circunstancial por sequía al final de ciclo en USA y también sequía temprana y malos pronósticos en el Hemisferio Sur, los precios de los Granos y sub productos explotaron en los últimos 60 días llegando a niveles superiores a los de los últimos 4-6 años y aún no encontraron el techo.
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Tomando la proyección de la actual Campaña en Abril de 2020 y el proyectado a hoy 23 de Noviembre, se prevee una caída en el volumen de producción del orden del 6 % (129 mill de Tn Vs 137,7 millones de Tn proyectadas en Abril). Las condiciones climáticas del invierno y comienzo de la primavera son en parte responsables de la disminución proyectada y de aquí en más la continuidad de las condiciones de sequía podría deprimir más aún la producción esperada.
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Sí está claro que en los últimos 5 años el área de siembra en el país está estancada entre 36,5 y 37,5 mill de has incluyendo el doble cultivo y el promedio de producción en años normales es de 130-135 mill de Tn y en los años climáticamente desfavorables esa cifra puede llegar a solo 100 mill de Tn.
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Las proyecciones de ingresos por exportaciones que se realizaron en Abril 2020, planteaban exportar 98,6 mill de Tn entre granos y sub productos, con un precio Fob promedio ponderado de 289 U$A. Esto implicaba alcanzar 28.500 mill de dólares de ingresos por exportación y por Derechos de Exportación, el ingreso fiscal previsto era de 6800 millones de dólares.
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En el cuadro siguiente podemos ver el ingreso que se prevee en la actualidad con los nuevos precios esperables a esta fecha como promedio de ventas.
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Estas cifras marcarían un récord de ingresos por exportaciones del complejo granario (33.400 mill de U$A) de los últimos 20 años.
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Esto implica un ingreso adicional por exportaciones del complejo cercano a los 5.000 millones de dólares y también un aumento de 1.000 millones de U$A en los ingresos fiscales por Derechos de Exportación, que llegarían a 7.800 millones de U$A versus los 6.800 millones previstos anteriormente.
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Esta notable mejora en los ingresos es un inicio de “viento de cola” inesperado, para un país que aún no ha definido un objetivo claro, ni propone como llegar al mismo.
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Un dato interesante en cuanto al aporte de los Derechos de Exportación a las cuentas fiscales en Argentina, es que desde su reimplantación como impuesto distorsivo en el 2001, el total aportado en dólares por el complejo granario es de 113.185 millones de U$A y solo tomando los últimos 10 años suman 65.435 millones de dólares.
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Para tenerlo más claro, mientras que países con quienes competimos en el mercado internacional apoyan la producción con políticas activas y subsidios directos o indirectos, cada hectárea que se siembro en Argentina en los últimos 10 años pagó en promedio, solo por derechos de exportación un impuesto de 175 dólares por ha.
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Trabajos realizados para la Fundación Producir Conservando por J.Llach en 2017 y A. Porto en 2018, dan muestras claras de la enorme presión fiscal en Argentina (36% sobre PBI), del peso de los impuestos distorsivos sobre el sistema impositivo ( representa el 31% de la recaudación total versus Chile y Uruguay menos del 1%) y del resultado final que estos temas provocan sobre la Inversión en el País, que es solo del 15% sobre el PBI, mientras nuestros Países vecinos tienen tasas de Inversión del 20-25% sobre PBI.
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Hace pocos días fue aprobado un nuevo impuesto en la Cámara de Diputados… (mal llamado Impuesto a la riqueza) y seguramente estarán en carpeta algunos más aún. Es bueno recordar que hay límites Constitucionales en cuanto a que la presión fiscal puede resultar confiscatoria. Mientras tanto el Estado en sus tres niveles (Nacional, Provincial y Municipal) sigue aumentando el Gasto Público muy por encima de los Ingresos, asegurando mayor endeudamiento público (si alguien nos presta) y/o mayor emisión monetaria, o más claramente mayor Inflación futura.
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En moneda constante y en pesos de 2018, el trabajo de A.Porto antes comentado, marca que la cadena Agroindustrial aumentó su aporte total al fisco, 2,75 veces entre 2001 y 2018.
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Sin dudas, el nuevo viento de cola del mercado internacional y su correspondiente ingreso adicional de dólares de exportaciones para el país, debería ser el inicio de un cambio sustancial en la definición del modelo de Argentina que queremos, para los próximos años.
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