¿Cuál es el rumbo?

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Ing. Gustavo Oliverio

Fundación Producir Conservando

23 de febrero de 2022

Un Estado que siembra incertidumbre, desorienta al productor, al inversor y a toda la sociedad, especialmente al sector agroindustrial. ¿Hacia dónde vamos?

Un final del 2021 que cerró con una campaña récord de Trigo a pesar de condiciones de sequía en pleno invierno en algunas zonas, nos hizo soñar con una cosecha gruesa que recién se sembraba y prometía un crecimiento respecto de la campaña anterior.

La falta de agua importante en la zona núcleo central en diciembre y hasta mediados de enero del 2022, sumado a muy altas temperaturas, dan por incierto el resultado final de lograr 140/145 millones de toneladas de producción total estimadas inicialmente.

Cifras recientemente publicadas por el INDEC dan cuenta que en 2021 el 67,7% del ingreso de divisas por exportaciones del País tiene origen Agroindustrial, (52.700 millones de dólares sobre un total exportado de 77.934 millones). Los productos primarios aportaron 21.800 millones de dólares y las manufacturas de origen agropecuario 31 mil millones frente a los casi 20 mil millones exportadas por las manufacturas de origen industrial. Estas cifras coinciden con datos publicados en diciembre de 2021 que hablaban de que 7 de los 10 complejos exportadores más importantes de la Argentina en 2021 eran Agroindustriales y dentro de ellos el complejo oleaginoso sigue siendo el más importante.

Trabajos publicados por la Fundación Producir Conservando dan cuenta de que anualmente entre el 58 y 65 % del ingreso por exportaciones es de origen Agroindustrial, la misma Cadena Agroindustrial es el principal aportante de los recursos tributarios del Estado Argentino, la generación de empleo formal directo e indirecto sobre la población económicamente activa supera en 35% y que en toda la Cadena Agroindustrial hay potencial de crecimiento importante por delante.

Frente a un panorama incierto a partir del COVID 19 en 2020, con demandas cambiantes, alta variabilidad y mucha incertidumbre sobre lo que ocurriría en el mundo de los commodities, durante 2021 asistimos a una mejora sostenida de precios, que se resume en una mejora del índice de precios de Commodities de Standard & Poor´s del 26%. Esto también corrió para los productos agroindustriales en 2021 y a ello se suma, la incertidumbre que genera la producción próxima de Brasil y Argentina por las pobres condiciones climáticas de Diciembre-Enero y el conflicto Ucrania-Rusia, que tonifican en los últimos días los precios futuros de Chicago para 2022.

Los Países Emergentes de Asia retomaron el crecimiento muy rápidamente post pandemia y hoy demandan calidad y cantidad de alimentos, todas las carnes, lácteos, harinas proteicas, aceites etc y suman a ello una demanda creciente de productos elaborados de alto valor nutricional y sustentables.

Solo China creció un 8% en 2021 y hoy 1/3 de su población (500 millones de personas sobre un total de 1500 millones) tiene un ingreso per cápita de entre 35 y 40 mil dólares anuales, que es equivalente al promedio de los Países de la UE en 2020, según el Banco Mundial. De esta forma el valor agregado y la calidad de la demanda en China es cada día mayor. Lo mismo ocurre en el resto de Asia aunque en distinta proporción.

Como gran contraste un enorme desorden Político, Institucional y Macroeconómico es el inicio del 2022 para nuestro País.

Una Argentina que no define un Rumbo, una clase Política que dice y se desdice en pocas horas de temas que son centrales para generar Confianza en el País, una Argentina con índices casi récord de Inflación en el mundo, mínima inversión privada, un Estado que crece en empleo y déficit fiscal, subsidios cruzados innecesarios en algunos casos y que representan negocios solo para algunos empresarios, infraestructura deteriorada e insuficiente, regulaciones y controles de todo tipo, cepos y restricciones a las exportaciones y demás intervenciones del Estado, es la característica que hoy nos marca, sumada a índices de pobreza como pocas veces hemos tenido.

Podemos y necesitamos producir mucho más que lo que hoy producimos. Necesitamos volver a sembrar 19-20 millones de hectáreas de Soja y producir 65/70 millones de Tn que sean procesadas por una industria Oleaginosa que hoy tiene la capacidad y le falta la materia prima para hacerlo; debemos seguir aumentando el área de Cereales (fundamentalmente Maíz) que nos permita mantener una rotación de cultivos sustentable y a la vez agregar valor en Carne aviar, porcina y bovina, mayor producción de lácteos, biocombustibles etc.

Necesitamos poder volver a pensar en las 40-42 millones de hectáreas sembradas y los 160 millones de Toneladas de granos y subproductos que desde la Fundación planteáramos hace cinco años para el 2027 y poder hacerlo Sustentablemente.

Sembrar esa superficie implica realizar inversiones, solo en la producción primaria, cercanas a los 20-22 mil millones de dólares por año, a lo que debemos sumar las realizadas para transformar luego la producción en carnes, lácteos, aceites, harinas, biocombustibles etc. Todas esas inversiones son generadoras de empleos formales y reducirían sin dudas los índices de pobreza.

De esta forma las exportaciones solamente de granos y subproductos deberían alcanzar, con los valores Fob actuales, 45-50 mil millones de dólares estando el mercado interno plenamente abastecido a lo que deberíamos sumar otros 6-7 mil millones adicionales por las exportaciones de Carnes (Aviar-Bovina y Porcina) y Lácteos.

Enorme oportunidad para una Argentina a la que tenemos que, entre todos, encontrarle un RUMBO a seguir.

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